¿Cómo solucionar el problema de la vivienda?

 

A nivel político la vivienda se está convirtiendo en un campo de batalla ideológico y, a nivel social, en uno de los principales problemas para los jóvenes y no tan jóvenes que buscan su primera vivienda.

Los precios bajan cuando sube la oferta

Los precios bajan cuando aumenta la oferta, pero en España construir se ha vuelto una hazaña burocrática y de dudosa rentabilidad y alquilar se ha convertido en un acto de alto riesgo.

La crisis de la vivienda se basa principalmente en tres causas que se combinan y retroalimentan:

  1. Alquileres muy altos.
  2. Precios de compra desorbitados.
  3. Salarios bajos.

El español medio gana mucho menos que el alemán, por ejemplo, pero paga lo mismo o incluso más por su vivienda, dependiendo de la ciudad. Según Eurostat, en Alemania los hogares destinan de media un 24% de su renta a la vivienda mientras que en España se dedica un 47%. El coste de vivir en España, relativo al salario, es uno de los más altos de Europa.

Se promete más vivienda pública y más controles, pero el resultado del intervencionismo está siendo menos inversión, menos oferta y precios cada vez más altos.

La lógica de mercado

Haciendo un paralelismo del mercado de la vivienda con el mercado laboral, si tuviésemos más empresarios de éxito, los sueldos serían más altos, porque cuantos más compiten por contratar talento, más se eleva el salario. Y cuantos más empresarios compitieran por construir o alquilar viviendas, más bajaría el precio de la vivienda al crear oferta. Esa es la lógica del mercado.

La fórmula sería permitir que los empresarios crearan, que los constructores construyeran y que los mercados funcionaran.  Algunas reformas podrían ser:

  • Liberalizar suelo, para que se construya donde existe demanda.
  • Acelerar los permisos de obra, eliminando la maraña burocrática.
  • Abordar la ley de alquileres y los problemas de okupación. Ambas cosas provocan inseguridad, espantando a los propietarios y reduciendo la oferta.
  • Aumentar los aprovechamientos urbanísticos de las parcelas, creando más oferta de vivienda pública y privada.
  • Atraer inversión privada, en lugar de demonizarla.
  • Reducción de impuestos al comprador de primera vivienda y modificación de los porcentajes en los impuestos a vendedor sobre plusvalías para que se anime a sacar su vivienda al mercado.
  • Ofrecer atractivos fiscales a propietarios con viviendas vacías para ponerlas en el  mercado de venta o alquiler.

Si España construyera un millón de viviendas en tres años, los precios caerían. Podríamos dejar de frenar a quienes construyen, invierten o alquilan, ya que son quienes dinamizan el mercado y pueden ayudar a solucionar el problema de la vivienda.


Perales Digital, la casa de las casas