El término «rent to own» se traduce al español como alquiler con opción a compra y es un tipo de contrato que combina un acuerdo de alquiler de una propiedad con la opción de comprarla en el futuro.
Es una fórmula que se ha vuelto popular para las personas que desean comprar una vivienda pero no cumplen con los requisitos para obtener una hipoteca tradicional de inmediato, ya sea por falta de ahorros para la entrada o por un historial crediticio que necesita mejorar.
¿Cómo funciona?
Un contrato de «rent to own» se compone de dos partes principales:
- Contrato de arrendamiento: Es un contrato de alquiler normal, donde el inquilino paga una renta mensual por un período de tiempo determinado (usualmente de 2 a 5 años).
- Contrato de opción de compra: En este contrato se establecen las condiciones para la futura compra de la propiedad. Incluye:
- Precio de compra: El precio de venta de la vivienda se fija al inicio del contrato, lo que protege al inquilino de posibles aumentos en el mercado.
- Prima o pago inicial: El inquilino paga una cantidad inicial no reembolsable al propietario a cambio de la opción de compra. Esta prima, en muchos casos, se descuenta del precio final de la vivienda si se ejerce la compra.
- Abono a la compra: Una parte de la renta mensual que paga el inquilino se destina a la futura compra de la propiedad, funcionando como un ahorro para la entrada.
Ventajas y desventajas
Para el inquilino:
- Ventajas:
- Le da tiempo para mejorar su situación financiera (ahorrar para la entrada y mejorar el historial crediticio).
- Permite vivir en la propiedad antes de comprarla, lo que da la oportunidad de asegurarse de que es la casa y el barrio adecuados.
- El precio de compra está fijado, lo que protege contra posibles subidas del mercado inmobiliario.
- Desventajas:
- Si al final no se compra la propiedad, se puede perder la prima inicial y el dinero de las rentas que se destinó a la opción de compra.
- Existe el riesgo de que el precio acordado al inicio sea superior al valor de mercado en el momento de la compra, si los precios bajan.
- Los pagos mensuales suelen ser más altos que un alquiler convencional, ya que una parte se destina a la compra.
Para el propietario:
- Ventajas:
- Asegura un flujo de ingresos estables a través de las rentas mensuales.
- Atrae a compradores potenciales que de otra forma no podrían acceder a la propiedad.
- El inquilino, al tener un interés en la futura compra, suele cuidar mejor la vivienda.
- Desventajas:
- La propiedad queda «bloqueada» durante el plazo del contrato, impidiendo al propietario venderla a un tercero que podría ofrecer un precio más alto si el mercado sube.
- Si el inquilino no ejerce la opción de compra, el propietario deberá volver a buscar un comprador.
- Puede haber complicaciones legales si el contrato no está bien redactado y no es claro en sus términos.
En resumen, el «rent to own» es una opción flexible que busca beneficiar tanto al inquilino como al propietario, pero es crucial que ambas partes se asesoren legalmente para que el contrato sea justo y claro para evitar inconvenientes en el futuro.